Cagliostro, la novela-film y sus trucos.
- J. Francisco Ossa
- 23 nov 2017
- 5 Min. de lectura

Bienvenidos al primer post de nuestra revista de cine y literatura, ojalá gusten de pasar seguido por acá.
El primer artículo de nuestra revista trata de una obra de Vicente Huidobro que es mas bien desconocida, Cagliostro (1934).
La obra, que el mismo autor denomina "novela-film", está escrita de la forma más visual posible, con movimiento continuo, recursos de montaje, etc. De manera que el lector olvide que es lector.
Eran los locos años '20. Norteamérica comenzó a gestar la gran industria de cine que hasta hoy es hegemónica, con películas mudas de gran espectáculo visual, los bailes de la época, el maquillaje más llamativo, los vestidos y peinados de moda, personajes cómicos varios.

Por otra parte, en Europa la producción de cine se sincroniza con las vanguardias: El gabinete del doctor Caligari, Nosferatu, etc. Alemania muestra un expresionismo oscuro, una magia distinta a la Hollywoodense, con ojos brillantes, planos cortos entre pocos personajes, escenarios surreales y efectos visuales que llaman la atención de los artistas del momento.


Quienes conocen su obra, saben que era un metiche, que gustaba de decirle a los demás artistas que él era lo nuevo, que lo que otros laureados proponían él ya lo había pensado mucho antes y mejor. Ya que no podía ser menos, Huidobro escribió una novela-film, mezcla de prosa poética, guión cinematográfico y reescritura de un mito antiguo. Este mito, más o menos conocido, es el de Cagliostro: aventurero italiano, alquimista, un poco charlatán, un poco brujo y un poco mago.
En el prefacio de Cagliostro, el propio Huidobro señala: "Es una novela visual. En ella la técnica, los medios de expresión, los acontecimientos elegidos, concurren hacia una forma realmente cinematográfica. Creo que el público de hoy, con la costumbre que tiene del cinematógrafo, puede comprender sin gran dificultad una novela de este género".
Era un hombre extraordinario, en una novela completamente visual, por lo que necesitaba también ojos extraordinarios, una mirada que ilumina, hipnotiza y paraliza. Un mago ultra misterioso, incluso para los historiadores, incluso para los Templarios. Esta misma sensación, Huidobro la usa como un paralelo: un mago misterioso, mentiroso, ocultista para hablar de un cine misterioso, mágico, que lo logra lo imposible y que si une fuerzas con el antiguo saber llamado literatura, puede llegar dimensiones imposibles.

Creo que Cagliostro es un personaje similar al cine, con fervientes admiradores y porfiados detractores escépticos, que no conciben que tanta maravilla sea posible. Este personaje oculta su historia y sólo comunica con su mirada, al igual que el séptimo arte. Y, a pesar de que muchos no crean posible que resucite muertos, cure enfermos a distancia, tenga poderes sobrenaturales, todos quieren verlo en acción, les es atractivo, todos quieren sentarse a ver si es capaz de hacer en vivo lo que les comentó alguien.

Esto, que aún nos hace sentido a muchos, fue exactamente lo mismo que se creyó cuando el cine se hizo masivo durante esa década, su impacto social fue increíble y a muchos, por ejemplo, no les gustó por que lo consideraron entretenimiento para las masas. Stam hizo un estudio y recopila muchas reacciones de la época.
Un buen profesor de física que tuve en el colegio llegó una vez a la sala con una caja pequeña, sellada, similar a una de fósforos. El profe la agitaba y sonaba, algo había adentro y su juego pasar la caja puesto por puesto hasta que alguien adivinara qué chucha había adentro. Me acuerdo que muchos lo intentaron, pero el profe sólo se reía, al parecer nadie podía adivinar a ciegas qué era.
Terminó la clase de ese día y el profe se llevó la caja. No nos dijo qué era, ni cuál era el ejercicio de física para resolver qué había adentro, nos dejó ahí sin ninguna pista. Lamentablemente, una semana después supimos por su reemplazante que nuestro profe era alcohólico, estaba muy enfermo y posiblemente lo despedirían. Así exactamente fue, nunca más lo vimos, aún no sé qué sonaba adentro de la caja.
De alguna forma uno ese recuerdo con el de una historia de mi abuelo: él cuando era niño en los locos años '20s, hacía cine casero en una caja de zapatos. Al estar sellada permanecía oscura, le hizo los agujeros para poder mirar y se las ingenió para hacer que dibujos en una cinta de papel lograran movimiento dentro de la caja, gracias a un palito de maqueta que iba girando. Sí, mi abuelo tenía sus trucos, sus técnicas y fue a su manera su propio cineasta y su propio espectador.

El cine es parecido a esa caja oscura, que despliega luces, movimientos, ruidos y cantos, habilidad, técnica, sorpresas, misterios sin descifrar aún, todo ante nuestros ojos. Puede volver inmortales a rostros que ya no habitan este lugar, puede repetir las mismas escenas una y otra vez si así lo desea el espectador, puede olvidarse y luego recordarse. Sólo falta la curiosidad del espectador, su intriga, su pena, su alegría, eso es lo que le da vida a la máquina y la mantiene hasta hoy.
El libro de Huidobro, ganó el premio a la novela más adaptable al cine, al año siguiente el cine mudo se acabó y la adaptación nunca se llevó a cabo, aunque hay mitos que dicen que sí, que fue quemada, censurada, que nunca se publicó qué importa.

El Cagliostro de la novela está nuevamente en el olvido, hasta que alguien lo resucite. Sus manos están encadenadas, las relaciones entre cine y literatura son difusas para la mayoría que disfruta de ambas, es nuestro deber construir los puentes necesarios entre aquellas disciplinas, ayudar a su liberación, devolver su poder al mago extraordinario para que ilumine con sus secretos al mundo de lectores y espectadores.

*Algunos fragmentos del maguito de Huidobro:
"El autor al lector
Suponga el lector que no ha comprado este libro en una librería, sino que ha comprado un billete para entrar al cinematógrafo.
Así pues, lector, no vienes saliendo de una librería sino que vas entrando al teatro. Te sientas en un sillón. La orquesta ataca un trozo de música que ataca los nervios. Tan estúpido es... Y debe ser para que guste a la mayoría de los oyentes. Termina la orquesta. Se levanta el telón o mejor dicho, se corren las cortinas y aparece:
Cagliostro
por
Vicente Huidobro
etc., etc., etc., etc., etc.
Luego aparece el subtítulo general explicativo (...)"
"Una vez en su laboratorio llama a Albios, le da un puñal, coloca sus manos sobre la cabeza del criado y, mirándole fijamente a los ojos, le somete a su voluntad y le ordena:
-Anda al albergue de "La Estrella de Oro" y mata a Lorenza.
El cuerpo del hipnotizado Albios se estremece en un violento sobresalto al oír la orden.
- No hay otro remedio- agrega Cagliostro,-obedece.
Albios sale, como un autómata, caminando derecho detrás de sus ojos clavados.
Es una noche solemne, una noche que se da cuenta de su importancia histórica.
(Lector, coge una novela, lee en ella la descripción de cualquier noche en la cual va a pasar un acontecimiento grave. Y Luego continúa esta página.)"
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